Publicado: 7 de Febrero de 2022

Amigos, hoy es un día para pensar en cómo yo puedo ser bendición para otras personas. No tienen que ser familiares, amigos y colegas de estudio, trabajo. Ni siquiera tienen que estar cerca de nosotros físicamente, ni tampoco pensar y tener la misma identidad que nosotros; sólo es necesario que tenga algún tipo de necesidad y que nosotros de podamos compartir con ellos aquello que a ellos les está faltando.


He estado leyendo y meditando o reflexionando en el capítulo 41 del libro del Génesis, de la Biblia. La historia de cómo Dios protegió a Egipto de ser destruido por una hambruna sin precedentes.


En el relato tenemos a un hombre llamado José (un nombre muy común en España). El faraón lo convirtió en el ministro de economía de Egipto. Él trazó un plan para proteger a los egipcios de morir de hambre. Resultó muy eficaz y alcanzó esta estrategia, no sólo a los egipcios, fue de gran ayuda a los habitantes de otras naciones cercanas a Egipto.


Os invito a tomar vuestras Biblias y a leer todo el capítulo 41 del Génesis. Junto conmigo verás que, todo fue dirigido por Dios, el Dios en el cual José creía y adoraba.


Como se que muchos no tenéis la Biblia al alcance de la mano, os ofrezco el texto, los versículos del 53 al 57.


53 Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.

54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.

56 Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.

57 Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.


Para ser de ayuda y bendición a otras personas, se necesita algo más que el buen corazón de uno mismo. Lo que hará la diferencia en tus gestos de amor por el prójimo será la intervención de Dios. Eso fue lo que pasó en esta historia de José en Egipto; la intervención sobrenatural de Dios, dándole al Faraón esos dos sueños, hizo que fuera necesario la participación de José.


Ocurrirá lo mismo con nosotros si tenemos una relación con Dios y vivimos la fe en él y le obedecemos. Porque estando con él en nuestro vivir diario, Dios nos usará para proveer y alentar a otros en sus necesidades en nuestro alrededor.


Dios libera, sana y levanta nuestras vidas siempre con un propósito. Dios piensa no sólo en nosotros, él extiende su amor y bendición a muchos otros necesitados.


Nosotros tendemos al egoísmo, pero Dios tiende a la generosidad ¿Qué haremos nosotros después de saber esto? ¿Cuál modelo vamos a seguir? Por favor, párate unos minutos, deja a un lado la pantallita y date una breve pausa para que Dios te hable a tu corazón y como resultado puedas ser de bendición, a muchos que te rodean y a otros que viven lejos.


Fecha: 6 de febrero de 2022.

Dr. Máximo Álvarez Alvelo.