Publicado: 18 de Octubre de 2021

¿Qué pensamos acerca del ministerio de Noé? ¿Predicó en vano: perdió el tiempo al no conseguir “convertidos” en su trabajo de anunciar la voluntad de Dios para todo ser humano de su tiempo?


Como nos dice el escritor y teólogo José Grau (ya junto al Señor en su gloria): “Según nuestro moderno concepto de la evangelización, diríamos que Noé predicó en vano” (La Evangelización y la Biblia. J.R.W. Stott y José Grau, 1973, p.91).


La labor de todo trabajo de evangelización, según la Biblia, tiene dos vertientes. Una es anunciar el evangelio de las Buenas Nuevas para salvación, de todo el que lo crea y lo reciba. La otra es, el resultado de condenación de cada persona que rechaza dicho evangelio (véanse los siguientes textos bíblicos: Juan 12:48 y 2ªCor. 2:14,15 y 16.


“El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue: la palabra que he hablado, ella lo juzgará en el día final” (Juan 12:48).


“Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre de triunfo en triunfo Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento, porque para Dios somos grato olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para estos, ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida. Y para vida para estas cosas, ¿quién es suficiente?, pues nosotros no somos como muchos que se benefician falsificando la palabra de Dios, sino que, con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (2.ª. Cor. 2:14-17).


El predicador debe tener la certeza de que tanto si es aceptado el mensaje de salvación, como si el tal es rechazado, la Palabra cumplirá aquello para lo cual ha sido enviada; no volverá vacía.


”Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié” (Isaías. 55:10,11).


Por tanto, no hay fracaso, tampoco pérdida de tiempo. ¿Predicaste el mensaje de Jesucristo para salvación del pecador? Sí, entonces alaba a Dios por el resultado que se haya producido, porque tanto las conversiones, como el rechazo, dan gloria a Dios; el obrero del Señor será reconocido como aprobado, sea cual sea el resultado.


Hay que trabajar para llevar fruto para vida eterna, sí, pero si a veces el fruto o resultado es el de condenación; no hay por qué sentirse frustrado, ni desanimado, porque el asunto no depende de ti. Y tú, al obedecer el mandato de ir a predicar las Buenas Nuevas, has hecho la parte que se te demandaba que hicieras. Posiblemente este tipo de planteamiento que aquí hago no tenga, para algunos que lo lean, una aceptación; pero la Biblia lo declara válido, correcto. Y, si la Biblia lo dice, entonces a nosotros nos toca aceptarlo, aunque resulte difícil de ser comprendido por algunos.


Hay que desechar cualquier pensamiento y actitud de desánimo, ante los resultados de nuestra labor en aquellos lugares donde los ciudadanos no responden con el nivel de receptividad al mensaje del evangelio que desearíamos. Noé hizo la voluntad de Dios y el resultado fue que, unos pocos tuvieron una nueva oportunidad y los muchos perdieron la suya.


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